viernes, 31 de marzo de 2006

De Almodovar, primer acto

Escena 1

Mientras Letty se desvive entre los cortes de carne y las ensaladas, Patty y Betty entran a la cocina. El resto de los invitados entra y sale de la casa al jardín como si nada. Las tres solteras desesperadas cuchichean acerca de los invitados: que si va a venir fulano, que si sutano ya dejó a la novia, que si esto, que si aquello...

Betty es enviada directamente al matadero: sale al jardín con la encomienda de asegurarse de que Pepe no vaya a quemar la carne.

Patty pregunta angustiada: ¿Va a venir Felipe? Letty responde con una mirada de "no inventes que quieres ver a ese tipo". Acto seguido, tocan a la puerta y ¡oh, sorpresa! Felipe y su guitarra se apersonan.

Escena 2

Pepe abre mucho la boca y mira directo al escote de Betty. Ella, sin saber que la mujer que abanica con furia el carbón del asador es la mujer de Pepe -una corista venida a más que no tiene mucho que esperar de la vida y que se llama Sandra-, sonrie con descaro y bromea con él mientras amablemente le 'ayuda' a dar la vuelta a los cortes de arrachera que se tuestan alegremente en las brasas.

Patty finge muy mal la indiferencia que no siente al ver a Felipe. Él finge todavía peor que no le da gusto verla.

Coque, sentado a la mesa de jardín, bajo la sombrilla que cubre a los comensales de un sol bastante zonzo, mira fija y discretamente a Letty entrar y salir, beber, llevar y traer platos y vasos y vasijas. Un lugar común sería decir que Coque es como un predador que acecha a su presa, y se aprovecha de la ventaja que sus cincuentaypico le dan sobre la pobrecita de Letty; sin embargo, él se siente justo así, como un león al acecho. Lo que ignora es que Letty precibe sus 'discretos' ojos sobre su trasero, y se contonea con una cachondez que es, a momentos, inconsciente.

Escena 3

La carne asada dio pie a otros apetitos más intensos: las botellas de vodka y los chistes se vacían sin parar. La discusión es sobre la rola top del pop en español de esa semana -que las muchachas encuentran encantadora-, y el valor artístico del jazz, que los alegres bohemios no podrían dejar de comentar ante la 'ignoracia' de las solteras desesperadas.

Las miradas se cruzan y Letty, a propósito de aprovecharse, saca un disco de boleros. Al son de Sabor a mí, Coque la toma en sus brazos y se ponen a bailar.

Entre risas más bien etílicas, Sandra y Betty ignoran que han puesto a Pepe en una encrucijada, no del tipo moral -por que esa situación él ya la tiene más bien controlada-, sino de tipo logístico: ¿Cómo me deshago de una para estar con la otra? La solución que se le antoja más atinada es pasarle a Lilia -la mejor amiga de Sandra y una más de las coladas al comilón-, la botella de tequila a la que todos todavía le guardan respeto.

Felipe platica con Patty, acercando mucho su cara a la oreja de ella. Ella se ruboriza hasta la punta del cabello al sentir su aliento en el cuello, pero guarda toda la compostura que la bebida le permite. Cuando acaba el bolerito, Patty se ríe nerviosamente e invita a Betty a pararse a recitar un poema encima de una silla, para beneplácito de Pepe, que al fin pudo tener una justificación para mirarla por completo sin levantar sospechas.

Letty no se ha percatado, pero aún después del baile, Coque tiene su manita atrapada entre sus garras.

Escena 4

Los alegres bohemios, o al menos dos de ellos, disponen sus instrumentos y se ponen a tocar. A Betty, que pese a todo aquel vodka todavía puede articular frases más o menos coherentes, suspira con fuerza un "No hay nada más sexy que un hombre que toca la guitarra", mientras Felipe y Pepe deslizan los dedos y llenan la escena con Girl from Ipanema.

Betty mira a Pepe. Mira los brazos de Pepe, y las piernas de Pepe, y se ruboriza cuando sus ojos se encuentran. No es que sea tímida: es que le asusta pensar que a lo mejor él puede echar una mirada directamente a sus pensamientos: no hay hombres feos, lo falta es más tequila. Acto seguido, llena un caballito y se toma derecho y sin escalas.

Patty, pensando ah cómo me gusta este tipo, observa a Felipe que toca la guitarra y no piensa en nada particular. Intercambia un par de confesiones al oído con su amiga y las dos se mueren de la risa. Después, Betty la mira con cara de "¡No manches que es casado!" Letty llega con una feliz botella de vino tinto y las tres se la acaban en un rato, llenas de resignación.

Sandra, pese a tanta risa y alcohol, se percata de que Lilia está tumbada en el sillón de la sala, ignorada amablemente por el resto de los comensales, excepto por un trompetista que nadie sabe de dónde salió, pero que al parecer llegó con Felipe. Su mutismo lo había mantenido escondido de las miradas de todos los demás, hasta que Sandra lo encontró diciéndole a Lilia que por qué no se iba con él por ahí, porque su mujer la neta ya lo tenía harto y como que andaba ganoso. Sandra, intentando poner orden y actuando como la borracha-cuida-borrachos, levantó a Lilia y anunció que iría a dejarla a su casa.

Ante el panorama de ver la fiesta casi muerta, a penas a las ocho de la noche, acordaron verse en uno de los tantos antros de la ciudad, ya que la banda de Felipe tocará ahí en un par de horas.

martes, 14 de marzo de 2006

De Almodovar... Drama cómico en tres actos

Primera llamada

Los hechos, personajes y situaciones aquí referidos son reales. Cualquier parecido con telenovelas, películas, cuentos o novelas, es puritita coincidencia.

Segunda Llamada

La acción se desarrolla en algún lugar de provincia, donde Betty (yo mera) ha llegado a pasar unas cortísimas vacaciones con su amiga Patty, quien a su vez tiene planeado ir a pasar la tarde a casa de Letty, quien ha invitado a un montón de gente para una carne asada, a modo de celebración por su cumpleaños.

El grupo ahí reunido es diverso, desde cierto punto de vista: Betty, de 25 años, acaba de engrosar las filas del desempleo y los nutridos tumultos de las Ex. Patty tiene 27, junto con una buena chamba y todo lo que eso trae... la soltería incluida. Letty lleva ya un divorcio, pero a sus 35 todavía cree que podría encontrar algún soltero disponible y dispuesto. Las tres solteras desesperadas son, además, ejemplares representativos de la fauna femenina mexicana: una es muy alta y güerita; otra es trigüeña y caderona como las mujeres costeñas; la tercera es chaparrita y morena.

Además, entre el montón de gente que Letty recibió en su casa, se encontraban tres alegres bohemios... en toda la extención de la palabra: Felipe, un guitarrista recién casado que a sus 35 todavía se siente quinceañero reventado, para mala suerte de su mujer; Pepe, que acaba de estrenar sus 23 añitos y es además el contrabajista de la banda de jazz que Felipe insiste en presentar todos los fines de semana en cualquier antro, bar, plaza y/o restaurante que les deje tocar y les fíe las chelas; y Coque, un simpático cincuentón dos veces divorciado que vive de una buena pensión y superó la crisis de los 40 volviendo a las andadas con los 'chamacos' jazzistas de la banda del buen Felipe.

Tercera llamada. Comenzamos

Eran las cuatro de la tarde de aquel día de mayo, en esa capital provinciana de cuyo nombre no quiero acordarme, cuando las tres solteras desesperadas se toparon con estos tres bohemios venidos a más...

(Continuará...)

miércoles, 8 de marzo de 2006

¡Vivan las mujeres!

Aunque tenemos que usar altísimos tacones...













Gastar miles de $$$ para vernos bellas...









Pese a que nos han lanzado al tráfico...









A la escuela...











Al mercado de trabajo...








A pesar de las dietas matadoras...













Y las horas en el gimnasio...













Sin importar las lágimas y el coranzoncito roto...








Los retos...













Las noches de desvelo...









¡Qué bueno es ser mujer!


Porque los hombres no tienen un día especial que los celebre...

¡¡Felicidades niñas!!

viernes, 3 de marzo de 2006

Mr. Febrero: Wentworth Miller




En Febrero, el galán que nos acompañó fue Wentworth Miller. El bellísimo protagonista de Prision Break tiene 33 años, es soltero, mide 1.98 metros, y estudió letras inglesas en Princeton.


Como dato curioso, les cuento que este muñeco tiene las más dispares raíces: afroamericanas, caucasicas, jamiquinas, inglesas, alemanas, francesas, holandesas, sirias y libanesas... todo un ejemplar multicultural...

El 78% de las Solteras Desesperadas opinaron que les encanta este bombón... ¡así que no se lo pierdan mostrando el torso tatuado con los planos de Fox River en Prision Break!

Y este mes, damos paso a otro morenazo: Clive Owen, ganador del Globo de Oro por su interpretación en Closer... ¿Qué piensan niñas?