Escena 1
A toda prisa, Felipe y Patty gritan "nos vemos en el Rentoy", y se escabullen en el auto de éste. Letty y Betty se organizan mal, así que el buen Coque se ofrece a llevarlos a todos en su auto. ¿Qué piensa un hombre que te saca media vida de ventaja cuando ofrece llevarte de fiesta en su auto? Que, con toda certeza, tendrá que llevarte de vuelta en algún momento...
En el espacioso asiento trasero de un Lincoln, Betty y Pepe se apretujan. Él la toma de la mano y ella no opone resistencia: parece que ya cayó. ¿Qué piensa un hombre de una mujer cuando la toma de la mano? Que está marcando su territorio, y ante los ojos del mundo exclama con fuerza: esta mujer es mía. Una mujer deja que la tomen de la mano cuando sabe que de eso depende la seguridad del hombre. Pepe mira insistente el reloj y apresura a Coque, que no puede mantener el auto dentro del carril.
Letty suspira: ¿será o no será? Cuando Letty se hace esta pregunta, no espera respuestas fáciles. Si a Coque alguien le hubiera preguntado eso en ese momento, con toda certeza hubiera respondido "pues que sea, ¿no? Sea lo que sea..." Pero Letty no quiere respuestas fáciles. Quiere un marido, hijos, vacaciones, una casa, una vida en conjunto... por eso cuando Letty suspira, hay que tener miedo: ya esta viendo al tipo en traje de novio...
Pepe y Betty se bajan, todavía de la mano, frente al antrillo, mientras Coque y Letty aparcan el auto. Pepe voltea sospechosamente hacia uno y otro lado, y jalando a Betty hacia un rincóncito oscuro, le planta un beso. Acto seguido, caminan hacia el interior del lugar: él la deja sentada en una mesa cerca del pequeño escenario y se va, con contrabajo y todo, a prepararse para salir a escena.
Escena 2
Letty se baja del auto. Ha estado callada. Coque piensa que probablemente está pensando mejor las cosas... Eso que piensa Coque es, básicamente, así: ¿se quiere acostar conmigo o no? ¿Me encuetra atractivo o de plano me ve muy viejo? ¿Le quiere entrar o no? Lo que Coque no sabe es que cuando una mujer calla, está esperando, invariablemente, que le pregunten "¿Qué te pasa?" La respuesta invariable es "nada", y la expectativa es la insistencia. Si él no me insiste, es que no le interesa. Punto y se acabó. Pero... ¿y si no te pregunta?
Felipe le dice a Patty: "Eres muy especial", lo cual puede ser, en la cabeza de Patty, un intento de honestidad invidada por el alcohol, una confesión sincera, o una muestra más de sensibilidad estratégica. Ella sonrie y dice "gracias", mientras piensa ah, cómo me gusta este tipo. La verdad es que Patty no puede pensar otra cosa. Ella tendría que pensar que el tipo es casado, que en la ciudad donde viven todo mundo los conoce y pueblo chico, infierno grande, que ella, como muchas, es una soltera desesperada que quiere dejar de serlo, es decir, que quiere ser la esposa de..., no la amante de..., y debería pensar que eso de andar a escondidas no es necesariamente sano... Pero lo único que Patty acierta a pensar es que Felipe le gusta mucho...
Tras tocar un par de piezas, Pepe vuelve tras bambalinas. Y ahí va Betty, que ha dejado a Coque y a Letty en la mesa, mirando con atención la carta de bebidas. Pepe la ve y sonrie, pero de nuevo voltea con preocupación hacia todos lados. Ella no se percata de eso, y en realidad no le importa. Él la besa en la boca y le pregunta con total desenfado: "¿Cómo le vamos a hacer?" Por la cabeza de Betty, entre la sobriedad y el susto, pasan mil cosas: ¿cómo le vamos a hacer con qué? ¿de qué me está hablando? ¿qué me está proponiendo? La cara de interrogante de Betty es tan evidente que Pepe se anima a decirle "Sí, es que en un rato llega mi vieja, ¿cómo le vamos a hacer?"
Escena 3
Felipe y Patty llevan un buen rato platicando en el auto. Él piensa que con ella puede hablar de todo. Ella piensa de nuevo ah, cómo me gusta este tipo, y sonrie y rie abiertamente. ¿Qué pasa por la cabeza de un hombre que encuentra en otra mujer lo que en la suya no está, ni estará nunca, presente? Que en ese lugar y ese momento, no le importa qué pensar. ¡Ah, que mal que no hay condones para prevenir el enamoramiento, y qué tragedia es que éste llegue en momentos de la vida tan inoportunos!
Sandra llega justo en el momento en que Coque tiene una mano sobre la mesa y la otra sobre el cuello de Letty. ¿En dónde están todos? pregunta, hasta que ve a Betty salir con cara de pocos amigos desde atrás del escenario.
"Ya se tardaron Felipe y la Patty, ¿no?", agrega Sandra con una cuba en la mano y el tono inconfundible de chisme malintencionado que todos conocemos tan bien.
"Pues de seguro están platicando, ya ves que son muy buenos amigos", miente Letty, que sabe que algo apesta en las intenciones del buen Felipe porque ha visto a su amiga dos veces en su vida.
Letty sabe que, aunque no sea políticamente correcto, Patty podría acabar andando con Felipe. A ella no le parece la clase de aventura que viviría, pero en su amiga lo encuentra lógico: la soledad nos hace estúpidos, y el amor nos hace doblemente estúpidos, y no hay cosa peor que una persona sola y enamorada, como Patty. Lo que sí no tolera es la intriga que pretende iniciar Sandra. ¡Cómo si no fuera del dominio público que Pepe le pone el cuerno a la menor provocación, y que ella le corresponde con el mismo ahínco!
Entran al Rentoy con algo de prisa. Patty está roja como tomate; Felipe se nota nervioso. Betty y Patty se miran y saben que deben ir en ese minuto al baño. En ese momento, el celular de Felipe suena con furia: su mujer quiere saber dónde está. Él, más incómodo y nervioso, se despide y se va.
Escena 4
Betty y Patty salen del baño después de un intercambio de palabras del tipo "¿no manches que no sabías que Pepe anda con Sandra?" y "qué flojera andar con un tipo casado", pero que terminó en "tú eres mi amiga y yo te apoyo, pese a todo". Cuando preguntan por Felipe, Patty cae en la cuenta de que en el auto de él están sus llaves: las de su casa, de su auto y hasta de la oficina, y decide que no podrán volver esa noche.
Desde el escenario, Pepe sonrie un poco incómodo a Betty. Ella ahoga sus pensamientos en un mojito, que se multiplica cada vez que el mesero se aproxima. A la cuenta de seis, Betty ya tiene un mal alcohol y Patty insiste en que se marchen en un taxi a casa de Letty: ya mañana solucionará lo de las llaves.
Durante un rato largo, Letty y Coque se toman de la mano por debajo de la mesa. Alternan miradas, sonrisas y tragos. Él decide que ya sería buen momento para volver a casa. Por supuesto, Sandra y un muy desilucionado Pepe se marcharon hacía una hora, y estaban solos. Coque pide la cuenta, paga la cuenta, y se marchan.
En el auto, afuera de la casa, se hace un largo silencio incómodo. Coque mira largamente a Letty. Y la conversación va más o menos así:
Letty: Me gusta estar contigo.
Coque: A mí también.
Se miran, y el silencio es más incómodo. Ella le dice bueno, creo que mejor me voy. Él contesta con un todo de esperanza ¿no me vas a invitar a pasar? Ella lo mira con los ojos muy abiertos y gran sorpresa: ¿cómo se atreve? ¿cómo se le ocurre? ¡Es la primera vez que salimos en este plan! Por supuesto, esta última observación escapa de los labios de Letty. Coque sonrie a medias y le contesta: "¿Qué quieres? ¿Que te invite al cine? Por Dios... ya tengo cincuenta años".
Lo que Coque quiso decir es que a cierta edad, los preámbulos están de más... si ya sabemos que nos gustamos, y ya sabemos qué es lo que queremos, ¿para qué hacerle al tonto? Mejor vamos de una buena vez al grano...
viernes, 30 de junio de 2006
De Almodovar, segundo acto
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